El evento principal del ciclo menstrual es la ovulación. Sí, sí, como lo lees. Tendemos a pensar que es la menstruación, ya que es lo más visible y “aparatoso”, pero en realidad lo que tiene una mayor importancia es la ovulación.

Para empezar, la ovulación es tan importante que sin ella no hay menstruación. Nuestro cuerpo necesita haber ovulado para que haya una fase lútea que culminará con la menstruación, esto solo sucede después de haber aumentado la producción de progesterona que prepara nuestro endometrio para un posible embarazo. Cuando la progesterona vuelve a bajar, al final de esta fase, nuestro endometrio se desprende y es lo que llamamos menstruación. Es un dominó necesario de oscilaciones hormonales.

Igual que las estaciones del año donde todas tienen su importancia para las siguientes, todas las fases del ciclo menstrual son necesarias para la siguiente. Por ejemplo es necesario una primavera lluviosa para que haya un verano fértil.

La ovulación se da como consecuencia de un baile hormonal que culmina en la rotura del folículo, cualquier factor que desequilibre este baile puede hacer que se produzca más temprano, más tarde o que ni se produzca. Algunos factores que pueden afectar son el estrés, estar enferma, viajar, comer mejor o peor, más o menos horas de sueño, desajustes del ciclo circadiano, pasarnos con la intensidad del ejercicio, exposición a tóxicos y contaminación, así como todos los factores ambientales que influyen en nuestra salud (los percibamos o no).

La fase lútea es la fase que se mantiene más fija, y suele durar entre 12–14 días. Sin embargo, es en la fase folicular donde hay más variabilidad es en el número de días que nuestro cuerpo tarda en ovular. Por tanto, cuando tenemos ciclos más largos o más cortos, lo que se suele adelantar o atrasar no es la regla, sino que tenemos que mirar hacia atrás y entender que el origen de lo que se ha adelantado o atrasado es la ovulación.

Es por esto que durante el confinamiento a muchas se nos ha retrasado o adelantado la regla debido al estrés, la ansiedad, los malos hábitos de alimentación, el insomnio o desajustes a causa de estar encerradas en casa. La menstruación es la última fase del ciclo menstrual, es el resultado de todas las fases por las que ha ido pasando el cuerpo y la que nos cuenta como hemos estado tanto física como psicológicamente. Todos los factores de nuestra vida influyen durante el ciclo menstrual y podemos comprobarlo en la menstruación, ya sea por el color, la duración o los días de retraso o adelanto.

El ciclo menstrual es un indicador de salud. Ovular y menstruar cada mes es señal de que nuestro cuerpo funciona correctamente. Saber si estamos ovulando, ya sea mediante la toma de temperatura basal, los cambios en nuestro flujo o los test de orina, puede ayudar a detectar problemas y solucionarlos. ¡El autoconocimiento es poder!

Moraleja: sin ovulación no hay menstruación. Lo que realmente tenemos que tener claro es que el evento fundamental del ciclo menstrual es la ovulación y no el sangrado.

Fuentes:

  • Alicia Bello, compañera de contenidos, coach nutricional, nutricionista funcional especializada en salud hormonal femenina y Women’s Health Coach.
  • Núria Massana Martinell, compañera de contenidos, biomédica y doctorada en investigación sobre la inmunidad de la mucosa genital femenina, infecciones y ETS.

Escrito el 25 de Septiembre de 2020


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