Estar incómoda en el puesto de trabajo, tener dolores y molestias en medio de una presentación, ir al baño y no tener ni papel, encontrarte los servicios tan sucios como si fuese la fiesta de Nochevieja, levantarte de la silla y ver que la has manchado o bien, tener descansos tan breves que no te da tiempo de ir a cambiarte, son algunos de los muchos problemas que nos encontramos teniendo la regla y ejerciendo nuestra labor profesional. Porque sí, todo lo que tú haces, nosotras lo hacemos también sangrando.
Y sangrar no es algo casual sino que es una cuestión biológica, cíclica y natural por lo que debe tenerse en cuenta, visibilizarse y formar parte de nuestra realidad laboral porque somos el 50,98% de la población española. Y qué mejor día que hoy, 1 de mayo Día Internacional de las Trabajadoras, para hablar de ello.
La organización sueca MENSEN (forum for menstruation) realizó un proyecto en 2018 donde estudiaba la menstruación desde una perspectiva laboral. Y es que, aunque solo sea por el interés económico en la productividad, las empresas deberían tener en cuenta nuestras particularidades y entender nuestro ciclo menstrual. Por ejemplo, con la regla podemos desempeñar algunas actividades con una mayor efectividad como son las más introspectivas de análisis, investigación o recogida de datos, mientras que otras tareas nos pueden resultar más incómodas como reuniones, presentaciones o actos sociales.
Pero claro está, ni todas menstruamos de la misma manera ni todas nos dedicamos a lo mismo, por lo que este tipo de directrices se tendrían que adaptar a los puestos de trabajo y a las trabajadoras. Así, cada centro de trabajo generará la sensibilidad necesaria de lo que es la menstruación y lo que supone.
Países como Italia, Japón, Corea del Sur o Indonesia tienen contempladas en su legislación la baja laboral para aquellas trabajadoras que padecen dolores durante la menstruación y tienen un diagnóstico médico que lo avale. Aunque muy pocas, en Japón solo el 0,09% de las mujeres, hacen uso de ello porque temen que esta ausencia en el trabajo pueda tener consecuencias negativas para ellas, como favorecer que sus compañeros evolucionen y asciendan más rápidamente. Una medida por sí sola no es suficiente, tiene que formar parte de un conjunto de decisiones que sirvan para combatir la desigualdad en todos los niveles.
Se necesitan cambios en nuestro día a día, por ejemplo, The Nala Project es un proyecto liderado por mujeres que pretende normalizar la conversación entorno a la menstruación para que los productos de higiene femenina puedan estar a disposición de las mujeres en los lugares donde más los necesitan, en sus puestos de trabajo o estudio. Para ello han creado su propia marca 100% ecológica de tampones y compresas y ofrecen un servicio completo de abastecimiento a oficinas, colegios y universidades. Están consiguiendo que los hombres que toman las decisiones sean conscientes de la necesidad básica que suponen estos productos para sus empleadas.
“Resulta que de las 70.000 horas que las mujeres pasamos en nuestros puestos de trabajo, teniendo en cuenta que hacen referencia a 40 años de trabajo, 23 años estamos menstruando. Lo cual significan unas 8.000 horas de nuestra vida sangrando en nuestro puesto de trabajo.“ Elena Ruiz, Fundadora de The Nala Project.
Por todo esto, hay que visibilizar y normalizar la menstruación también en el entorno laboral. Porque nos afecta, porque les afecta y porque yo sí lo noto y también quiero que lo noten.
“Ni lo notas. Ni lo notan.” (Frase de un anuncio publicitario de Tampax)
¿Y tú? ¿Qué experiencias has vivido con la menstruación en tu trabajo?
Escrito el 1 de Mayo de 2020 por Almudena Corral Martín.
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